Al costado de nuestra vieja casa
estaba el ingreso a los talleres
que desde muy temprano
comenzaban a soplar el fuelle.
El fogón donde se caldean
los metales finos para forjar
darle forma de espuelas
brillantes en forma de estrella.
La temperatura es vital
para darle la forma que quieres
el color del metal es básico
oro, plata, cobre el resultado es magnífico.
El fuelle sopla, la fragua calienta
la forja forma y de las 3 con F
falta el fundir, para unir tu corazón
y el mío, más calor con justa razón.
El abuelo con vestimenta de forja
de recia figura con mameluco y faja
el dorso desnudo y comba en mano
sonaba el yunque la prisma de acero.
Con las tenazas sujetaba la pieza de acero
salían al rojo intenso y en cada combazo
iban dando la forma requerida
oro y plata no necesita mucha forja.
El abuelo después de dejar la fragua
lleno de sudor y un poco de calma
la abuela lo esperaba con pan de centeno
queso de cabra, aceite de oliva.
Con chuletas de cerdo adobadas
para recuperar las fuerzas perdidas
vino tinto añejo una copa más no importa
cuando es capaz para dejar los problemas atrás.
El abuelo cantaba LA PASIONARIA
lo interpretaba y recordaba a nuestra
ciudad de los Virreyes, que era
tranquila y serena como el yunque sin golpes.
El fogón es el alma de la forja
fundir, modelar con sistemas
de vaciados de cera perdida
es la modernización de alta producción.
El abuelo por la edad fue dejando
el fuelle, la fragua y la forja
el tiempo había minado sus fuerzas
la forja es para los herreros.
El abuelo con mucha propiedad
decía, nosotros los joyeros
tenemos que trabajar en fino
dejar correr el oro fundido.
El centrifugado o el colado
son las dos formas de producir
sin lijar, limar, ni bruñir
sólo lustrar y empacar.
Hay que mostrarlos en un escaparate
con anaqueles de cristales
joyas de forja o fundidas
lo mismo de oro o plata
se anidan en tu corazón con mucha razón.